lunes, 22 de junio de 2015

RESUMEN 3 DIVERSIDAD CULTURAL AMPLIADA Y EDUCACION PARA LA DIVERSIDAD

 

 

DIVERSIDAD CULTURAL AMPLIADA  Y EDUCACION PARA LA DIVERSIDAD.

 
 
El reconocimiento de la diversidad cultural en América Latina modifica la percepción sobre su propia realidad social y cultural. La transformación de dicha percepción es fuente, parte y resultado de un cambio progresivo y conflictivo, que se desenvuelve de una manera compleja y multidimensional, con implicaciones  solo sobre los sujetos que incorpora sino sobre la redefinición de la sociedad en su conjunto.
 
La educación no es ajena a esta situación, porque en gran medida a ella le
corresponde la socialización de la percepción que una sociedad tiene de sí misma.
La diversidad no puede seguir siendo pensada como un componente agregado de la sociedad, sino como un escenario que constituye en el centro de todas sus observaciones y decisiones.
 

LA DIVERSIDAD AMPLIADA.

 
La diversidad ha estado presente desde Heródoto como problema de la historia.
Tales paradigmas muestran la antigüedad del asunto y su vigencia contemporánea. El poco menos de10 años, América Latina ha reconocido su objetividad, ha escogido según el país forma de interpretarla e intervenirla, ha decidido modos de educarla y gobernarla y ha encontrado procedimientos de participación para edificar su presente y su futuro.
 
La objetividad de la diversidad cultura se enfrenta aún a ciertas tradiciones que la ven como rezago y no como característica de la sociedad, a ciertas mentalidades que presumen el desarrollo cultural bajo la óptica de su homogeneización y no de la pluralización, a lenguajes que generan universos simbólicos unitarios singulares y no múltiples, y a discursos que la neutralizan aparentando ser progresistas.
 
La percepción-conciencia plural de las sociedades,munidades, poblaciones, países y regiones subalternas, es el reflejó de una ruptura de la dominación cultural y política y de una redefinición de las pugnas por las hegemonías en los planos locales, regionales y globales.
Los mundos simbólicos y culturales se deconstruyen-construyen en forma permanente, en medio de ambientes de incertidumbres identitarias y de conflictos entre lo tradicional y lo moderno, peculiaridad más de la naturaleza del cambio, que de un desorden que reclama el regreso al pasado.
 
 

Transformaciones y transición cultural.

Desde 1990, se observan en Latinoamérica dos tipos de transformaciones en relación con la percepción de una diversidad cultural, ampliada y complejizada, que podemos apellidar en extensión y en profundidad.
Hace apenas unos años los libros de historia, al tratar el pasado indígena, rescataban su gloria arqueológica (México, Guatemala, Colombia, Venezuela, Perú), que visibilizaba su presente conflictivo y marginal. La resurrección se plasma tanto en los libros de historia como en los de los presupuestos.
 
El reconocimiento la diversidad cultural a difundido la importancia del otro, y simultáneamente ha permitido tomar conciencia de que nosotros somos a la vez otro, replanteando el problema de la diversidad tradicionalmente visto en una sola dirección.
 
Además, la diversidad cultural transcurre en medio de los conflictos estructurales de cada país violencia política,militarismo, desplazamientos de población y narcotráfico sin cuya consideración ninguna interpretación respecto de ellos puede ser objetiva.
El reconocimiento de la diversidad se expresa como un dispositivo ambiguo porque al aceptar sus estrategias como estrategias de Estado consolidan un Estado-nación que las requiere para legitimarse. Sin embargo, éste no coloca a la diversidad como centro de sus reformas.
La modernización de los Estados introduce un campo novedoso de pugnas entre la diversidad y sus relaciones de fuerza, desplazando las reivindicaciones sociales por demandas de ajustes burocráticos. Y la democratización, qué bajo la legitimidad del reconocimiento a la diversidad cultural escamotea la posibilidad de una verdadera redistribución del poder y el relevo de las elites domínales.
 
Es necesario superar el discurso del «logro democrático», para avanzar en el análisis de cómo el reconocimiento de la diversidad está afectando la organización, comportamientos,relaciones intra e interétnicas, formas de liderazgo, discursos, cotidianeidad, etc..
 
 

Educación para la diversidad

 
¿Existe en América Latina una educación para la diversidad cultural? La respuesta es afirmativa, pero el único ejemplo es la etnoeducación referida a los pueblos indígenas de cada país. De ellos se deducen dos cosas: que son la diversidad cultural y que la educación para la diversidad es la educación dirigida a ellos.
Un país no se define diverso solo por la presencia indígena.

La diversidad se ha complejizado y ampliado, se ha transformado con la presencia de nuevos actores y nuevos anhelos, requiriendo un sentido más integral.
en el plano del reconocimiento de los derechos a ejercitar la diversidad cultural, es la vanguardia indígena la que ha tenido mayor presencia histórica y, en materia de derechos indígenas, la etnoeducación ha sido el instrumento mejor desarrollado.
La construcción de una educación para la diversidad se puede dar en el marco de una sociedad en cuyo corazón y cerebro fluyan los otros y
el nosotros. Al pensar la relación educación-diversidad cultural, se pretende introducir en el debate sobre las políticas educativas la concepción de una educación para la diversidad en tanto heterogeneidad educativa para la diversidad cultural. Es decir, como el conjunto de educaciones particulares impartidas de manera diferencial a unas comunidades, que aunque compartan rasgos similares, se conciben como distintas.
 

Campo educativo de la diversidad

 
Si lo anterior expresa la forma como se ha ido imaginando, produciendo y realizando el campo educativo de la diversidad, se puede concebir ésta como la
emergencia de un modelo educativo referido a la diversidad, en medio de lo que se puede llamar la construcción social de la educación para la diversidad en
América Latina.
La diversidad es afectada por el sistema institucional, pero a su vez ella lo afecta con una diversificación de los intereses pedagógicos, didácticos, curriculares, etc., para integrar un sistema educativo pluralista.
 
El campo educativo de la diversidad cultural se concibe como un campo de fuerzas e intereses, que se confrontan, alían, imponen y resisten, para controlar
y transmitir una particular forma de ver e instruir a los sujetos adentrados en el.
 
Las pedagogías,los currículos, la evaluación, la contratación, los presupuestos, etc., al fin yal cabo son el corolario en que se manifiesta el poder dominante resultante del campo.
 
 
 
Participación educativa es la capacidad real de contribuir a la construcción
del campo educativo y participar en él, entendida como la movilización
que reivindica lo plural de una población con el fin de idear, crear, escoger,
producir y transformar los contenidos socializadores de la educación, y dar
forma a las instituciones que tengan la función de llevarlos a cabo.
 
 
El proceso educativo expresa dos sentidos. Uno, que la participación educa
en forma de socialización política, y que puede ser incorporada como un componente
más de la educación. Y dos, la educación para la diversidad en sí misma.
Los sistemas educativos no evolucionan en el vacío; se desarrollan dentro de
contextos particulares e historias singulares que evolucionan bajo las tensiones
de sus propias dinámicas.
 
 
La educación la diversidad como propuesta alternativa, debe coadyuvar a recuperar la trama social que construido el neoliberalismo, ligar la educación a las cuestiones de las identidades locales, regionales y el desarrollo latinoamericano, intervenir sobre la experiencia a partir de las secuelas dejadas por el, responder a lo organizacional impuesto desde la lógica económica con los organizacional desde la lógica de la diversidad.
 


 
 



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


 


 
 
 
 
 
 
 
 
 



 
 
 
 
 
 
 
 
 

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