jueves, 18 de junio de 2015

RESUMEN 2 LECTURA 2 LA INTERCULTURALIDAD EN LA EDUCACION


LA INTERCULTURALIDAD EN LA EDUCACION.

Introducción. ¿Qué es la “interculturalidad” y cuál es su significado e importancia en el proceso educativo?


La interculturalidad significa entre culturas”, pero no simplemente un contacto entre culturas, sino
un intercambio que se establece en términos equitativos, en condiciones de igualdad. Además de ser una meta por alcanzar, la interculturalidad  debería ser entendida como un proceso permanente de
relación, comunicación y aprendizaje entre personas, grupos, conocimientos, valores y tradiciones distintas, orientada a generar, construir y propiciar un respeto mutuo, y a un desarrollo pleno de las capacidades de los individuos, por encima de sus diferencias culturales y sociales.

La interculturalidad no es una descripción de una realidad dada o lograda, ni un atributo casi “natural” de las sociedades y culturas (Guerrero, 1999), sino un proceso y actividad continua; debiera, pues, ser pensada menos como sustantivo y más como verbo de acción, tarea de toda la sociedad.

La diferencia entre multi-, pluri- e interculturalidad

La multi-, pluri- e interculturalidad se refieren a la diversidad cultural; sin embargo, apuntan a distintas maneras de conceptualizar esa diversidad y a desarrollar prácticas relacionadas con la diversidad en la sociedad y sus instituciones sociales, incluyendo la educación.

La interculturalidad es distinta, en cuanto se refiere a complejas relaciones, negociaciones e intercambios culturales, y busca desarrollar una interacción entre personas, conocimiento y practicas culturalmente diferentes; una interacción que reconoce y que parte de las asimetrías sociales, económicas, políticas y de poder y de las condiciones institucionales que limitan la posibilidad que el otro pueda ser considerado como sujeto con identidad, diferencias y agencias la capacidad de actuar.

La interculturalidad en el sistema educativo

El sistema educativo es uno de los contextos más importantes para desarrollar y promover la interculturalidad, ya que es la base de la formación humana y un instrumento no sólo de mantenimiento de una sociedad, sino de desarrollo, crecimiento, transformación y liberación de esa sociedad y de todas sus potencialidades humanas.
 
Que no se jerarquicen determinados tipos de conocimientos sobre otros saber formal/saber tradicional- y que no sean solamente los actores débiles de la sociedad quienes estén en la obligación
de conocer la cultura de los actores dominantes: sus lenguas, sus costumbres, sus códigos de comportamiento, sino que mas bien la educación se de en términos de igualad de condiciones, sin discriminación e irrespeto para que la educación sea realmente intercultural, es preciso que todas las culturas implicadas en el proceso educativo se den a conocer y se difundan en términos equitativos.

Enfocar la interculturalidad sólo en la cuestión afectiva y actitudinal ha sido el camino más fácil, menos conflictivo y más usual en la educación de niños y jóvenes, en el desarrollo de materiales y en la formación y capacitación docente.
Es decir, para tener un verdadero impacto en los alumnos y en la sociedad, la interculturalidad tiene que partir de la experiencia de los alumnos y de la realidad sociocultural en que viven, incluyendo los conflictos internos, inter e intragrupales, los desequilibrios sociales y culturales que ellos confrontan. También tiene que desarrollar conocimientos y habilidades que permitan conceptualizarla, interiorizar su ejercicio y asumir compromiso y conciencia
 

Criterios pedagógicos para el desarrollo de la interculturalidad

La interculturalidad parte de una base segura sobre uno mismo, es decir, de un claro sentido y conocimiento de quién es uno y cómo se identifica personal y colectivamente.
 
El referente principal en el contexto rural es la comunidad local, el ámbito microsocial, aunque otras categorías culturales regionales o nacionales también pueden servir como referentes (por ejemplo, la identidad quechua o aimara). A partir de este referente y como elemento de la construcción de identidades mismas, es importante considerar los juegos entre el pasado y presente, es decir la revitalización de elementos históricos en el presente y la historización de elementos nuevos.
Los conocimientos, saberes y prácticas locales conforman el sentido común de una comunidad o un grupo social particular, y otorgan definición a la idea de pertenencia e identidad compartida.
Se trata de romper con los estereotipos y prejuicios sobre el “otro”, también haciendo claro que muchas veces no existen lindes o fronteras inamovibles entre culturas, grupos o diferencias, sino, especialmente en el mundo actual globalizando, un creciente contacto. En si, podemos decir que siempre hay huellas o vestigios de los significado e identidades de otros en lo significados e identidades de nosotros mismos.
 

Unidad y diversidad

 
La interculturalidad busca establecer un equilibrio y complementariedad entre la unidad necesaria para una sociedad (o para coexistir en cualquier espacio social) y la diversidad cultural en el nivel individual y colectivo, un equilibrio y complementariedad que pueden llevarnos a una eventual convivencia democrática.
No hay culturas puras. Mejor dicho existen huellas de otros significados e identidades culturales en los significados e identidades
propias y es este inter el espacio intermedio entre culturas y diferencias, no de
asimilación o transculturación, sino de negociación, desafío y resistencia el que ofrece una manera de relacionar la unidad y la diferencia.
 

El tratamiento de la interculturalidad en los contextos del aprendizaje-enseñanza: criterios, competencias y ejes del aprendizaje-enseñanza.

 
Esta parte de la matriz establece las capacidades y los contenidos necesarios para desarrollar los siete criterios de la interculturalidad en el ámbito educativo. Está dividida en tres ejes o dominios fundamentales que guían el aprendizaje-enseñanza:
lo cognitivo, lo procedimental y lo actitudinal.
 
Lo cognitivo está entendido como las capacidades conceptuales; lo procedimental, como las habilidades y destrezas; y lo actitudinal, como las actitudes, valores y orientaciones de conducta.
 
Aplicación de los criterios dentro del aula.
 
1. En forma transversal e integral

Es decir que, dentro el currículum de cada aula, hay una planificación que incorpore los criterios, en general, y, específicamente, las competencias y los ejes cognitivos, procedimentales y actitudinal es dentro del aprendizaje-enseñanza de las varias unidades y/o materias.
De esta manera, los criterios, o la interculturalidad en sí, no forman una unidad o materia separada ni una atención específica una vez al día, semana, mes o año, sino que están considerados como elementos integrales a todo material.
 
2. Como ejes temáticos dentro de las varias áreas del curriculum básico y de las varias unidades del currículum.

Utilizar los criterios y sus competencias y ejes cognitivos, procedimentales y actitudinales como ejes temáticos no sólo permite una mayor atención al desarrollo de contenidos y habilidades relacionados a la interculturalidad, sino que, también, proporciona una atención a la interculturalidad tanto dentro de campos sociales como de campos científicos. Es decir, la interculturalidad no debería estar limitada a las áreas, unidades y materias sociales.
 
La interculturalidad asume un significado que no queda limitado a las relaciones entre individuos y grupos culturalmente distintos, sino un significado más amplio en el cual está incluida la existencia y el relacionamiento de conocimientos, saberes, pensamientos y
prácticas simbólicas y sociales distintas.
 
 

 

 
 
 
 



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